Dr. Sergio Rulicki – Antropólogo y Comunicador Social

Cuando se analiza la comunicación no verbal de una persona o una pareja puede ser un error basarnos en un solo ejemplo. Que la acción que ejerce Bublé sobre su esposa al comienzo del famoso video es brusca, nadie podría negarlo, es evidente.

Pero, ¿puede haberse comportado de esa manera creyendo que podía resultar gracioso, y no se dio cuenta y le salió mal? ¿O ese tipo de relacionamiento corporal es común de parte de él hacia ella? No lo sabemos y Luisana inmediatamente defendió a su marido. De todas maneras hay una forma de intentar entender más profundamente a los personajes de la historia en cuestión. Dejando de lado a Lopilato, cuyo deplorable rol en la sitcom “Casados con hijos” representa la peor imagen que una mujer podría dar de sí misma y del género femenino en términos de banalidad, falta de inteligencia, procacidad, etc., concentrémonos en tratar de entender la personalidad de Bublé a través de su comunicación no verbal.

La manera más simple de hacerlo es recurrir a los cientos de imágenes que de él existen en la web y que son accesibles a través de cualquier buscador de internet. ¿Qué encontramos? En primer lugar llama la atención el alto nivel de incomodidad y rigidez que muestra en las más variadas circunstancias, ya que prácticamente en ninguna de sus imágenes públicas, estando solo o acompañado por su esposa, Bublé sonríe de manera amplia y genuina. Sus sonrisas son forzadas: Bublé intenta parecer contento estirando las comisuras y separando ampliamente los labios, pero la parte superior de su rostro no participa. Esto es típico de las personas introvertidas, que al contrario de la tendencia más genuina de su personalidad, se dedican a actividades propias de personalidades fuertemente extrovertidas. También es típico de personas que sufren por diferentes causas, entre ellas el trastorno narcisista, y que no se permiten mostrar abatimiento, tristeza o angustia,  sino que se sienten obligados a representar el papel de personas constantemente felices, y por eso fingen amplias sonrisas como parte de la fachada encubridora de su sufrimiento. Por otro lado, y en lo que respecta a su relación con su esposa, aceptando que lo que se observa en el video no se trata de un “verdadero zamarreo”, sino de una especie de “juego” inconsciente pero consentido, en el que, como es común entre los adolescentes, cumple la función de descargar las ansias sexuales a través de pequeños empujones y otras acciones corporales levemente agresivas, eso no anula el hecho de que la exploración de las imágenes disponibles en la web en las que aparecen juntos, son muchas las ocasiones en las que Bublé no solo no sonríe de manera genuina, sino que muestra tristeza, preocupación, disgusto y rechazo, al producir expresiones faciales levemente despectivas, algunas de ellas en apariencia dirigidas hacia la propia Lopilato.

Finalmente, hay que remarcar que la forma en que es común que aparezcan abrazados en las fotografías públicas representa una forma de manifestar posesión de él hacia ella, es decir, objetivación y despersonalización. Se trata del “abrazo candado”, en la que el brazo de Bublé cruza por delante del torso o el cuello de Lopilato, realizando una especie de “llave”. Se trata de un abrazo que inmoviliza o restringe la capacidad de movimiento del otro y por lo tanto lo domina. Este tipo de abrazo aparece habitualmente en situaciones en las que un extraño, o incluso un conocido, mira de manera sexual a la pareja de un hombre, que al percibir esa mirada de interés reacciona inconscientemente realizando el “abrazo candado” para dejarle en claro al mirón que esa mujer “es suya”, es decir, que está comprometida. Como conclusión, Bublé aparece en las fotografías públicas como alguien que se siente habitualmente incómodo, que sonríe por obligación, que produce expresiones de rechazo hacia su esposa y que la abraza proclamando al mundo que esa mujer le pertenece.